El último del Maine

5 de febrero de 1898: la explosión del acorazado Maine en la bahía de La Habana provoca la guerra hispano-norteamericana, el último clavo en el ataúd del imperio en el que no se ponía el sol. “El último del Maine” narra la vida de Niels Jensen, un marinero danés a quien el azar el azar otorga un papel preponderante en la explosión. Nacido en un barrio de hombres rudos, en Copenhague, Niels emigra a los Estados Unidos tras unos años de juventud recorriendo tabernas y burdeles en puertos del Báltico. En los callejones de Nueva York descubre el anarquista y el lado oscuro de América. Como a muchos, una decepción amorosa lo induce a reencontrarse con el mar, siempre el mar: le cae en suerte servir a bordo del Maine, demasiado lento para perseguir a los pequeños, demasiado pesado para enfrentarse a los grandes. Más tarde, un encuentro fortuito lo enreda en las finas hebras de una telaraña inextricable y confusa. Una telaraña funesta que lo atrapa sin remedio. Años después, en 1912, recuperan el casco del barco destrozado para hundirlo nuevamente mar adentro. Niels se da cuenta entonces de que es el último del Maine que permanece en La Habana.